"Me llevé a los labios una cucharada de té en el que había echado un
trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con
las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en
algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que lo causaba…"
Por el camino de Swann, de Marcel Proust.
Caminando por el barrio me encontré con la magdalena de Proust. Te va a encantar.
A.
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